EL LIBRO BLANCO DE LA PROFESIÓN DOCENTE

 En esta sexta entrada analizaremos cuál es la función del Libro Blanco de la Profesión Docente y su entorno escolar. No olvides dejar un comentario más abajo con cualquier reflexión o duda que te surja. 

¿Qué son los Libros Blancos? Son una serie de documentos publicados por los gobiernos en determinadas circunstancias, para informar a los órganos legislativos o a la opinión pública, con el fin de ayudar a los lectores a comprender un tema, afrontar o resolver un problema o a la toma de una decisión. 

Ahora que ya hemos aclarado el concepto de Libro Blanco, vamos a explicar el referente a la Profesión Docente. 

Su autor fue José Antonio Marina, un filósofo y pedagogo cuyo Libro Blanco plantea algunas cuestiones como convertir a los maestros en un cuerpo de élite con siete años de formación divididos de la siguiente forma: cuatro de grado, uno de máster y dos de Prácticas siguiendo el modelo médico de los MIR. 

Sin embargo, no debemos detenernos aquí y por ello vamos a comentar algunas preguntas y propuestas que podemos encontrar en el Libro Blanco de la Profesión Docente.





  1. ¿Es posible cambiar la educación poniendo solo el foco en la profesión docente?


La respuesta es: únicamente, no. Debe de ser un cambio que afecte a la totalidad del sistema educativo, a los objetivos y valores, currículo, organización, autonomía y gestión democrática de los centros, tiempos y espacios, papel de la dirección de los centros y de la inspección, derecho a la educación e igualdad de oportunidade, relación de la escuela con la comunidad y con las diversas políticas sociales y culturales… Además debe decirse que la escuela se sitúa, ahora mismo, en un proceso de cambio acelerado en cuanto al aprendizaje y la formación


  1. ¿De qué premisas hay que partir para conseguir un pacto por la educación?


Los cambios políticos suponen una nueva reforma educativa, lo cual trae consigo inestabilidad legislativa y desconcierto. Por lo tanto, el pacto educativo no puede ser únicamente una cuestión de Estado firmado solamente entre los grupos parlamentarios. Es necesario también obtener consenso con las diversas organizaciones sociales en el ámbito educativo (AMPA, colectivos docentes y diversas entidades del mundo educativo).


  1. ¿Está bien formado el profesorado no universitario?


Hay un gran número de docentes que se desenvuelven ampliando su propia formación, tanto de manera individual como colectiva, buscando recursos en la red, aprendiendo de las innovaciones que se producen en el centro y de sus propios compañeros. Sin olvidar, obviamente, que las estructuras formativas oficiales dificultan la calidad formativa, principalmente en los estudios iniciales. 


  1. ¿Qué se puede hacer para seleccionar mejor el profesorado?


Es necesario introducir pruebas más específicas, entrevistas, test y otros mecanismos que permitan conocer el nivel cultural de los candidatos. De este modo será posible conocer las capacidades y actitudes de los maestros respecto al aprendizaje de los alumnos. 

También es necesario plantear el acceso a la educación a través de un programa para la formación docente (DEP), cuyas características serían equivalentes a las del MIR. El cual consistirá en realizar prácticas durante dos años con tutores especializados y con una retribución hacia el estudiante. 


  1. ¿Qué hay que cambiar de la formación inicial?


Lo más adecuado sería alargar el periodo de prácticas, de forma que la teoría educativa no parezca algo extraño alejado de la práctica. 


  1. ¿Cuáles son las modalidades más innovadoras y eficientes en la formación permanente?

Existe una necesidad constante de actualizar los conocimientos por parte del profesorado, distinguiendo aquellas modalidades formativas que contribuyen a la mejora de la calidad docente, de otras cuyo impacto ha sido mínimo o incluso nulo. 



  1. ¿Quiénes y cómo deberían ser los formadores de maestros?


Actualizar la formación debe ser cuestión  también del profesorado que imparte la formación inicial, deben intervenir maestros en activo, que sigan enseñando en escuelas y no únicamente en la universidad.


  1. Es necesario evaluar, pero ¿quién lo hace y qué criterios se siguen?


Tenemos una cultura de la evaluación escasa en la que funcionarios, cargos públicos y demás profesionales no rinden cuentas de manera constante. También debemos mencionar que no está clara la cuestión de quién se encarga de evaluar a los maestros, y por tanto, dicha evaluación es compleja. 


  1. ¿Los maestros serán mejores si cobran más?


El problema o queja no reside tanto en la cuestión de si son bajos los salarios, sino en los recortes y dificultades con que se encuentran los docentes en las aulas, como el problema del aumento de las ratios de los alumnos, sin contar con apoyo pedagógico, psicológico o terapéutico suficiente para atender a los alumnos con mayores dificultades.

Por otro lado, aquellos casos en los que los docentes han sido calificados, de manera consensuada, como malos o muy malos no se encuentran en situación de ejercer, por lo que la medida más acertada sería el abandono de la profesión. Se debe acompañar, tutorizar y cuidar a aquellos alumnos que muestren deficiencias formativas para que puedan recibir la formación permanente necesaria. 


  1. La promoción docente no puede basarse en la antigüedad sino en otros estímulos individuales y colectivos. 


Entre los estímulos o incentivos más necesarios para el profesorado se encuentra la disminución de la carga docente, lo que también les permitirá invertir mucho más tiempo en la formación permanente, la investigación, la innovación, etc… Produciendo a los docentes gran satisfacción. Y por último, será necesario asignar ciertas ayudas económicas para proyectos colectivos. 


Algunas propuestas mencionadas en el Libro Blanco de Marina son los siguientes: la enseñanza básica es fundamental tanto para la autonomía teoría como para la práctica, el docente debe ser el protagonista de un modelo de educación inclusiva que vaya más allá de los muros del centro. 

El sistema educativo debe ser eficaz desde que se asientan las primeras bases en el niño, para poder eliminar de manera más sencilla las dificultades futuras que este pueda tener. 

Se debe fortalecer y cuidar el centro, sin olvidar la importancia de impartir una formación permanente al profesorado en Centros Superiores de Formación . Así será posible atraer hacia la docencia personas más competentes y comprometidas. 

Es necesario evaluar a todos los profesores de todos los niveles y cuerpos. Que los Cuerpos de directores de primaria y secundaria tengan mayor autonomía curricular y organizativa. 

Se dotará de suma importancia a la presencia de Departamentos de Orientación Pedagógica y a la integración de educadores sociales, expertos en medios digitales aplicados a la escuela y bibliotecarios escolares. 


Estas han sido algunas de las propuestas del Libro Blanco de la Profesión Docente, puedes consultar estas o ampliar otras distintas AQUÍ.



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